El primer día de acción arrojó varias sensaciones. Fue interesante lo hecho por Federico Del Bonis a pesar de la caída en sets corridos contra Goffin, el número 15 del mundo, de la misma manera que dio la impresión de que siempre estuvo un escalón por debajo de su adversario. Luego, fue valioso el triunfo de Leo Mayer sobre Darcis para mantener viva la esperanza argentina, aunque preocuparon algunos pasajes de su juego, sobre todo en el tercer set: tras haber ganado los dos primeros, no sólo no encontró soltura sino que permitió la reacción de Darcis.

En este contexto, si bien está instalada la idea de que no hay 'figuras' dentro de la formación argentina, hay una certeza: en esta semifinal la Argentina depende mucho de Mayer, que podría jugar tres puntos seguidos en esta serie, todos con muchísimo en juego. Si Darcis tenía la misión de sumarle trajín al argentino, cumplió con su cometido: el Yacaré debió esforzarse durante 3 horas y 52 minutos para empatar la serie, y en el cuarto parcial el correntino fue atendido por una molestia en el aductor izquierdo. Habrá que esperar el dobles para saber en qué condiciones llegará al cuarto punto, el domingo, contra Goffin. Por otra parte, Daniel Orsanic fue claro cuando advirtió que en este tipo de compromisos, a veces, el tenista se siente más agotado por la tensión que por las horas de acción en la cancha.

También vale el justo reconocimiento: Mayer entró a jugar otra vez con la obligación de remar con un resultado adverso y la responsabilidad de obtener su punto para que la Argentina no quedara 0-2, frente a un Darcis que llegaba en buena forma. Fue su octavo triunfo seguido en la Copa Davis -incluido el dobles contra Serbia-, con lo que ratificó su condición de jugador copero.

El 1-1 tras la primera jornada deja abierta una serie que ya se preveía pareja y convierte en trascendental el dobles para inclinar la balanza. Aunque Diego Schwartzman fue el nombre nominado durante el sorteo, seguramente será Mayer quien acompañará a Carlos Berlocq en el cruce contra el zurdo Ruben Bemelmans y Kimmer Coppejans. Queda la puerta abierta a un fin de semana repleto de emociones, definitivamente impredecible.