La rama zonal que mayor provecho pudo sacar de este intervalo obligado fue el TC del Sudoeste, categoría que, tras una turbulenta temporada en 2018 (en todo sentido), se vio obligada a afrontar un período de transición.

En tal sentido, la dilatación de la actividad, comentó Raúl Magallanes, presidente del 6 cilindros, vino como anillo al dedo.

«Antes de toda esta situación estábamos bastante bien. De hecho, para la apertura había 13 autos confirmados, y algunos en proceso de terminación y que prometieron sumarse con el tiempo. Es decir que si se atrasaba el comienzo hasta resultaba positivo», explicó.

«Nos vino bárbaro para la situación que estábamos atravesando. Con más tiempo a disposición, más el dinero que se puede ahorrar, esos autos que estaban a medio terminar ya confirmaron que se suman para cuando se habilite. A la larga será algo que beneficiará a todas las categorías. Aunque bueno, si me preguntás, veo difícil que se pueda correr este año», agregó.

Coincidiendo con lo expuesto en el comienzo del informe, Magallanes resaltó la importancia del regreso del Ezequiel Crisol de Bahía Blanca a la agenda de Federación, entendiendo que será algo beneficioso para todos por igual.

«Uno de los aspectos que más incidió en reflotar la categoría fue volver a competir en Bahía. Eso entusiasmó a muchos que no estaban en compitiendo, e incluso a pilotos de otras categorías. Eso hará que todas las divisionales puedan crecer mucho», cerró.

fuente: www.lanueva.com

foto: archivo.