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Grooming: Una madre bahiense relata cómo salvó su hija de un abusador que reclutaba menores en internet

Junio 05, 2017

El instinto hizo sospechar a una mujer que algo no andaba bien en el entorno de su hija de 13 años. No solo advertía su rebeldía de adolescente. Suponía que había algo más. Y había algo más.-     Andrea -el nombre es ficticio- le explicó a La Nueva cómo logró abortar a tiempo un caso de grooming, que había empezado, hace un año, de la misma manera que el de Micaela Ortega. Lo hizo casi como un desahogo. Y también para advertir a otros padres a fin de que no vivan su calvario.        Se trata del caso que derivó en el allanamiento del pasado lunes, en el domicilio de Mitre 3.015, donde se estableció que Daniel Boelia, de 40 años, era quien se hacía pasar por una joven de 17 que había entablado una amistad "virtual" con su hija.         El hecho generó alarma en la población debido a que el sospechoso, que está en libertad porque el acoso cibernético es un delito no detenible, empleaba dos perfiles falsos de Facebook con los que presuntamente contactó a “3.000 chicas de entre 11 y 14 años” para supuestos fines de abuso sexual.                                                                                                                                                                   Las conductas no sumisas de la menor, durante algunos meses, encendieron las luces de alerta.  “Empezó a querer ir a la Plaza del Sol y al Parque de Mayo con amigas que no conozco y que conoció por chat, además de citas en el monumento de la Plaza Rivadavia con grupos de Facebook, atrás de los que estaba este hombre”, expresó Andrea, que vive con su familia, de clase media, en un barrio alejado del agresor. La mujer no solo impidió esos encuentros, sino que fue más allá. A partir de las sospechas, el 23 de febrero comenzó a investigar el perfil del supuesto depravado, haciéndose pasar por su hija a través del Facebook.                                       De esa manera descubrió que Boelia, con sus perfiles falsos, también había contactado a otras menores no solo de Bahía sino de Punta Alta, General Cerri y otras localidades de la zona.                           Andrea intentó localizar al hombre, pero no pudo, porque en ningún momento le dio a conocer la dirección de su vivienda.-  “Todo el tiempo me insistía para que nos encontráramos e, incluso, quería venir a mi domicilio para tener una cita. Ese encuentro nunca se concretó porque él ponía excusas y me decía 'voy, pero asegurate de que no esté tu mamá'”, detalló.                                                                                                                      “Sabía que no había una chica detrás”                                                                                                      “Quería verle la cara y saber si era una mujer o un hombre; estaba segura de que era un posible caso de grooming. Por eso el 2 de marzo radiqué la denuncia en la fiscalía (de Delitos Sexuales) con las pruebas en mi poder. Sabía que detrás de esto no había una chica de la edad de mi hija, sino un hombre. Me di cuenta por su forma de chatear”, sostuvo.                                                                           La maniobra de engaño, según la madre, había sido “muy bien planeada”. Inclusive “inventó una familia”, porque dijo que vivía con su mamá y su hermana, cuando en verdad convive con su abuela y una tía.                “Las imágenes de genitales que vi son descargas de internet, por eso no era creíble. Denuncié el hecho, porque detrás de esto puede haber más chicos víctimas. Esta persona también buscaba contactar nenes por Facebook, pero en menor cantidad, y generar vínculos entre ellos, como compañeros de escuela, hasta concretar un encuentro personal”, continuó.- Las conversaciones con la niña siempre fueron vía Facebook, dado que la supuesta adolescente siempre manifestó que no tenía un teléfono celular con la aplicación de mensajes instantáneos WhatsApp ni otra red social para comunicarse.-                                                                                                                                             “Con el Messenger de Facebook citaba a todas las chicas. A una amiga de mi hija también le envió la misma conversación y las mismas fotos pornográficas”, dijo Andrea.                                                  “Desde hace casi un año mi nena tenía contacto por Facebook con esta persona y yo no lo sabía. Él se encargó de buscar el círculo de amigas de mi hija y sé que también tiene como contactos a alumnas de la (Escuela de Educación) Media Nº 3, o sea que se creó un círculo muy grande”, concluyó.                                                      “No puede volver a pasar algo así”                                                                                                            La denunciante, tras su desagradable experiencia -la menor "está bien", aunque hoy debe recibir tratamiento psicológico-, aconsejó a otros padres de menores, con el fin de prevenir eventuales nuevos casos de grooming.                                                                                                                                        La mujer destacó la importancia de denunciar este delito ya que -consideró- “vivimos en una sociedad que cambió muchísimo y lamentablemente nuestros hijos, a esta edad, no confían en sus padres”.                                       “A veces eso pasa porque los papás están demasiadas horas afuera de sus casas, por trabajo. Siempre me ocupé de mi hija, nunca la dejé sola y en alguna oportunidad tuve que salir antes de mi trabajo para llevarla o traerla. Soy de andar atrás de ella, por eso pude evitar que esto tuviera consecuencias mayores”, explicó.  “Ella me trata como una 'pesada' porque en la preadolescencia los chicos te tratan así, pero deben confiar en su padres”, completó.- Según la madre, que es soltera, el imputado debe cumplir una condena de prisión por el incidente.                                                                                                                           “No puede volver a pasar algo así. Yo lo descubrí, pero seguramente hay muchas nenas que están en esta misma situación y no les contaron nada a sus padres”, remarcó.                                                        “No quiero que esté libre; actualmente tuve que solicitar una restricción de acercamiento y la presencia de un móvil policial afuera de mi domicilio. Él sabe en qué zona vivo con mi hija y a qué escuela va ella, por eso debo resguardarla. Ahora voy a tratar de estar más pendiente. Él está libre y para mí es una preocupación, porque es una persona enferma”, señaló.

 Andrea consideró que el día de mañana este hombre puede volver a falsear su identidad y engañar a "Durante muchos años usó un perfil de Facebook fingiendo ser una chica de 17 años. Si ya lo hizo, lo podría volver a hacer, porque tiene una mente enferma. No sé si una condena le va a servir, pero sí necesita recibir tratamiento por la seguridad de todos, no solamente de mi hija. Hay un montón de casos que no salen a la luz y ojalá se descubran, para que lo detengan”, concluyó.

Definición de GROOMING: conductas y acciones deliberadamente emprendidas por un adulto con el objetivo de ganarse la amistad de un menor de edad, creando una conexión emocional con el mismo, con el fin de disminuir las inhibiciones del infante y poder abusar sexualmente de él.

El abusador con una pieza como la una adolescente                                                                          Daniel Boelia tiene 40 años de edad es soltero y, en apariencia, tenía una vida normal de la puerta de su casa para afuera.  El domicilio de Mitre 3.015, donde la semana pasada se produjo el allanamiento que aparentemente frustró el caso de grooming en perjuicio de la menor de 13 años, lo comparte con su abuela, que tiene 80 años y una tía, de 78.                                                                                                                Boelia trabajaba como empleado de un lavadero de autos. Su vida laboral transcurría de manera rutinaria, aunque en su habitación, al parecer, se transformaba.                                                           "Me impactó ver su pieza", reconoció un investigador que participó del operativo del lunes.- Tenía las paredes empapeladas de fotos de chicas, así como de la reconocida cantante canadiense Abril Lavigne, cuya imagen también empleaba como foto en los perfiles de Facebook falsos que usaba. Ninguna de las imágenes era subida de tono -algunas solo sugerentes- aunque sí había muchas.                                                                              "Parecía la habitación de un adolescente dark", aseguró otro informante, al aludir a aquellos jóvenes que generalmente visten de negro,con influencia del rock gótico o punk e influencia de la literaturay cine de terror.      La fiscalía de Mauricio del Cero ordenó una pericia informática a la computadora de Boelia, que estará a cargo de peritos de la Policía Federal. Sin embargo, ya se sabe que el hombre siempre se comunicaba a través de la misma IP (número de registro de su PC) y que probablemente intentó engañar a otras niñas, ya que en su cuenta -la principal la tenía bajo el nombre de Antonella Mariana Piazini (daniela symanski)- figuraban miles de contactos de chicas de entre 11 y 14 años.                                                                                                  También pidió una restricción de acercamiento del hombre a la familia denunciante.- En un año se iniciaron más de 20 causas judiciales por el acoso de adultos a menores a través de las redes sociales. Algunos no son de competencia local, porque el posible agresor se comunicó con jóvenes de nuestro medio desde otras ciudades o países.                                                                                         Lo concreto es que aumenta el número de denuncias penales por esta problemática, así como las averiguaciones de padres y autoridades educativas en el Servicio Local, donde se cuentan entre 10 y 15 consultas semanales.                                                                                                                                “El primer paso es involucrarse”                                                                                                                 El bahiense Sebastián Bortnik, experto en seguridad informática y miembro fundador de la ONG Argentina Cibersegura, consideró que los padres tienen la responsabilidad de informarse para proteger a sus hijos cuando utilizan internet.

“Siempre les digo que el primer paso es involucrarse, entender que la protección de los chicos en internet es parte del trabajo de los adultos, tanto como que aprendar a cuidarse en otros aspectos de la vida. El segundo paso es informarse, aprender cuáles son los aspectos clave de la navegación segura y, finalmente, generar diálogos constantes en las dinámicas familiares sobre estos temas. Es decir, que internet y la seguridad sean parte de las conversaciones que se tienen entre padres e hijos”.

 Del mismo modo, el especialista sostuvo que resulta más importante dialogar acerca de la prevención, que de leyes y penas. “Por supuesto que una cuestión no elimina a la otra, pero la prevención es fundamental, más en estos delitos, donde una vez consumado el acto pueden quedar daños muy fuertes. Desde Argentina Cibersegura focalizamos la mayoría de nuestros esfuerzos en la prevención, a través de la educación y la concientización”.

Pese a esto, afirmó Bortnik, la sanción de la ley de grooming “fue un paso muy importante en 2013, ya que se incorporó un delito que, a pesar de ya estar tipificado en muchas partes del mundo, todavía no era muy común en Latinoamérica".

Sí reconoció que una de las deudas legales es tipificar "la tenencia de pornografía infantil, delito que hoy es exclusivamente tecnológico. Quien tiene ese tipo de material suele tenerlo en la computadora y en muchos países está tipificada la tenencia, mientras que en la Argentina solo la distribución”.         A Bortnik también se lo consultó si los montos de las penas son bajos, teniendo en cuenta que el artículo 131 del Código Penal (grooming) prevé penas de 6 meses a 4 años de prisión.

  "No soy un experto penal, pero cuando participamos de los debates en la Cámara de Diputados, varios especialistas nos indicaban que las sanciones tiene que ser congruentes con otras figuras. Por ejemplo, el abuso sexual está tipificado con las mismas penas (ley 25.087). Es decir, si las penas son exiguas deberían ajustarse todas las de este tipo en el Código Penal para que exista un cuerpo legal coherente y sostenible”. Finalmente, sostuvo que este tipo de hechos se investigan cada vez más.

“En estos últimos años muchas fuerzas de seguridad, como así también fiscalías, se han especializado y formado en investigaciones informáticas, y esto ha permitido mucha mejor cobertura en estos aspectos. Aún queda mucho por hacer, pero no hay duda alguna que se ha mejorado y se investiga cada vez más”.

Dos visiones sobre el monto de la pena                                                                                                          Cada vez que se conoce un caso de grooming en nuestra ciudad, como pasó la semana pasada, no solo surgen fuertes críticas a partir de la sensibilidad que genera el delito, con el antecedente, siempre vigente y doloroso, de Micaela Ortega.  -  Uno de los principales cuestionamientos gira en torno a que los acusados siempre siguen libres durante el proceso (el delito habilita la excarcelación) y que no cumplen en prisión una eventual condena, teniendo en cuenta que, según el mismo criterio, es bajo el monto de sanción. - La ley 26.904 contra el grooming o ciberacoso, creada en noviembre de 2013, se incluyó en el artículo 131 del Código Penal. Pena con 6 meses a 4 años de prisión a quien, “por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos, contactare a una persona menor de edad, con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma”.                                                                                                                      Del otro lado, se objeta cierta “vaguedad” en la redacción de la normativa y se apunta, específicamente, a que el grooming es un acto preparatorio de otro de carácter sexual.                                                                 De modo que hay quienes creen que se produce “un adelantamiento de la punibilidad” a un acto preparatorio de otros delitos, teniendo en cuenta que la ley alude al mero contacto con un menor, más allá del propósito final, que en algunos casos puede ser difícil de probar.

Más de 3 mil personas se informaron                                                                                                            La subsecretaría de Formación y Promoción Educativa, Rosana Rosselló; la psicóloga Juliana Cerritelli, coordinadora del programa; el fiscal en Delitos Sexuales, Mauricio del Cero y el director de Innovación, Javier Luján, conforman un grupo interdisciplinario que desde hace más de un año vienen dictando charlas sobre la problemática del grooming.                                                                                                                    Hasta ahora llevan 30, aunque tienen una agenda cargada, cubierta al menos los próximos meses. La intención es conformar nuevos grupos de capacitación, porque la demanda es alta, tanto de jóvenes como de adultos.       Más de 3.000 personas de Bahía Blanca y la región recibieron conceptos y herramientas para enfrentar la creciente problemática. Quienes estén interesados, se pueden comunicar al e-mail educacion.mbb@gmail.com                                                                                                                                “Trabajamos con tres verticales: tecnología, la cuestión legal y la psicología”, explicó Luján a La Nueva.                                                                                                                                                        “Lo que tratamos de hacer entender es cómo nuestros datos pueden ser usados en nuestra contra, lo fácil que es mentir y engañar a una persona y lo poco que sabemos de tecnología, pese a que casi todos la usamos”, sostuvo.                                                                                                                                                     Estableció tres etapas básicas para definir el proceso del grooming.                                                         Primero, la psicología. El agresor usa toda la información pública que obtiene de su víctima, como los comentarios, amigos, domicilio, lugares que visita, vacaciones y demás. De esa manera observa su flaqueza emocional y arroja el anzuelo.  Después viene el contacto por la red. “Puede empatizar en una hora o en 3 meses, no hay un patrón común. Busca apuntalar sus 'debilidades' y compartir los gustos”, afirmó Luján.

Finalmente, el menor se convence de que su nuevo amigo “virtual” es el único que lo escucha y entiende y el agresor aprovecha esa circunstancia para atacar. “Después busca obtener un dato, una foto, una historia íntima o directamente entablar un contacto personal. Pasa al estado de acoso y, a través de lo que obtiene, procura el silencio para llegar a la impunidad”, detalló.

 Luján reconoció que lograr que un menor afectado rompa el silencio es difícil, porque para los padres es muy fino el límite entre el diálogo, el acompañamiento, la vigilancia y la invasión. "A veces lo cuenta el chico, en otras el adulto advierte por cambio de humores y en otras es fortuito el descubrimiento".

La franja más vulnerable es entre los 12 y los 15 años, aunque hay casos de más chicos y también más grandes. - “Facebook habilita a mayores de 13, pero sabemos que existen algunos de 10 o menos que ya tienen cuenta, que las abren sus hermanos o hasta sus padres”, cerró.                                               Nueve pautas para los padres

1. Mantener un diálogo fluido con los hijos.                                          

  1. No vigilar, sino acompañar.
  2. El control riguroso puede llevar a que el chico cree perfiles falsos de Facebook.
  3. Explicarle que es fácil mentir y adulterar un perfil por las redes sociales.
  4. Advertir modificaciones bruscas de humor.
  5. Observar posibles cambios en los horarios de conexión.
  6. No culparlo si ya se contactó en red con un desconocido.
  7. Contenerlo, hacer la denuncia y no borrar chats ni fotos. Son evidencia.
  8. No alertar al acusado que fue descubierto

 

Fuente:   www. lanueva.com    

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